Saturday, 20 de April de 2024 ISSN 1519-7670 - Ano 24 - nº 1284

Jornalista é expulso arbitrariamente do país

Giovanni Proiettis, colaborador del diario italiano Il Manifesto, fue expulsado por las autoridades mexicanas de manera tan rápida como arbitraria.

Reporteros sin Fronteras protesta contra esta medida injustificada y pide a las autoridades mexicanas reexaminar su decisión, tomada sin tener en cuenta los procedimientos jurídicos en vigor. El periodista no habría sido notificado previamente de su obligación de abandonar el territorio ni de las razones de esta decisión. Sus derechos a solicitar asistencia consular de su país o de un abogado y de informar a sus allegados no fueron respetados en violación de los acuerdos internacionales de protección de los derechos humanos, ratificados por México, y contenidos en la ley mexicana de inmigración (RLGP art. 209-211).

El 15 de abril de 2011, cuando fue al Instituto Nacional de Migración (INM) de San Cristóbal de las Casas, en Chiapas (sudeste del país) para renovar su permiso de residencia, el periodista y profesor de la Universidad Autónoma de Chiapas, que vivía en el país desde 1993, fue repatriado escoltado hasta Italia. Esto ocurre a dos meses de la visita al país de la Relatoría Especial sobre los Derechos de los Migrantes de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.

Giovanni Proiettis nos concedió una entrevista en la que nos relata las condiciones en que fue expulsado.

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‘Nem me deixaram ir a casa’

¿Cómo tuvo conocimiento de su obligación de abandonar el territorio mexicano?

Giovanni Proiettis– Estaba renovando mi permiso anual de residencia y de trabajo como cada año. Un trámite que inicié una semana antes. El viernes 15 de abril me convocaron a las 10:30 en la oficina de Migración. Me pidieron que me instalara en una pequeña sala donde llegaron cinco agentes de inmigración que me condujeron al aeropuerto. Me montaron en un avión directo a Madrid, que luego iba a Roma. Esto, acompañado de dos agentes. En el aeropuerto de Madrid, me pusieron en un área de la policía española, bajo la vigilancia de los agentes mexicanos que no tenían ninguna jurisdicción allá.

Las autoridades mexicanas, ¿le notificaron previamente de esta decisión? ¿respetaron su derecho a solicitar asistencia consular o de un abogado?

G.P.– No recibí ningún papel, nada. No me dijeron las razones por las que me expulsaban. Eso lo supe ya en Italia, por los medios. No me dejaron comunicarme con mi embajada en México ni con mi compañera, aún cuando hacía 18 años que estaba en el país. Ni siquiera me dejaron ir a mi casa para llevar al menos una maleta con mis cosas personales.

‘Não existe liberdade de expressão’

El Instituto Nacional de Migración declaró a Reporteros sin Fronteras que usted no habría podido acreditar su legal estancia en el país, ni como académico ni como corresponsal. ¿Qué dice usted al respecto?

G.P.– Es mentira. Dicen que en mi trabajo pedí un año sabático y que no los había informado, pero eso no es cierto. Sólo pedí cinco meses de licencia, pero seguía ligado a la Universidad.

¿Piensa usted que esta decisión de las autoridades tiene relación con su actividad periodística?

G.P.– Claro que sí. Colaboro de forma voluntaria con un periódico italiano, seguramente les molestó algo que dije. El 1 de enero de 1994 tuve la oportunidad de ser el primero a entrevistar al comandante Marcos y desde ahí seguí la evolución del zapatismo en los 90´. En los últimos años me he ocupado de la guerra del narcotráfico, que ha dejado 40.000 muertos desde el inicio del gobierno de Calderón. Otra cosa, pocos días después de la reunión por el cambio climático en Cancún, donde me identificaron y fotografiaron, me arrestaron tres policías acusándome de un delito que no cometí. Me asusté pensando que me matarían, pero gracias a una campaña de solidaridad, una funcionaria me informó que era una equivocación y que se disculpaban.

¿Cómo describiría el nivel actual de la libertad de expresión en México?

G.P.– Deterioradísimo. México es el país más peligroso para los periodistas. Existe mucha intimidación, especialmente en el norte, pero sobre todo hay autocensura porque escribir del narcotráfico o criticar al gobierno es muy peligroso. Yo diría que más que censura, lo que se ha fomentado es la autocensura. La libertad de expresión no existe en México!

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