Monday, 29 de April de 2024 ISSN 1519-7670 - Ano 24 - nº 1285

Conflito e impunidade causam morte de jornalistas

El conflicto y la inestabilidad política demostraron ser letales para los periodistas en 2011, mientras que los gobiernos fracasaron en su intento de procesar judicialmente a quienes atacaron a los reporteros por su labor informativa, según el censo de fin de añosobre periodistas caídos en cumplimiento de su labor del Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ, por sus siglas en inglés).

Al menos 43 periodistas cayeron en relación directa con su labor en el mundo durante el año. Siete de los casos ocurrieron en Pakistán, donde 29 periodistas han caído en cumplimiento de su trabajo en los últimos cinco años. Libia e Irak, con cinco periodistas caídos, y México, con tres, también se figuran en lo más alto del ranking entre países con mayor número de muertes de reporteros vinculadas a su trabajo. A nivel regional, la mayor parte de los casos tuvieron lugar en el Medio Oriente, donde 18 periodistas cayeron este año, muchos de ellos mientras cubrían las revueltas que conmocionaron al mundo árabe.

“La combinación de coberturas peligrosas que se volvieron letales y asesinatos premeditados que permanecen sin resolver es un desafío doble para la libertad de expresión”, afirmó el director-ejecutivo del CPJ, Joel Simon. “Los combatientes deben reconocer el derecho de los periodistas a cubrir el conflicto, mientras que los gobiernos son responsables de investigar y procesar a los autores de los crímenes contra la prensa.”

De 35 mortes, 20 são da América Latina

Casos de periodistas caídos en coberturas peligrosas como protestas callejeras alcanzaron su máximo nivel desde 1992, según muestra el registro del CPJ, mientras que la proporción de asesinatos ha declinado a través de los años, y solo representa la mitad de los casos en 2011. Sin embargo, los asesinatos volvieron a ocurrir en lugares donde los gobiernos han fracasado en el procesamiento de estos crímenes. Según la investigación del CPJ, cerca del 90 por ciento de los casos de periodistas caídos en el mundo permanecen sin resolver a pesar de que la mayoría de las víctimas – 70%en 2011 – denuncióhaber recibido amenazas antes de su muerte.

“De los siete casos de periodistas caídos en Pakistán, cinco fueron asesinatos. México, que asume la presidencia del G20 en 2012 y tiene mayor influencia a nivel internacional, tiene un registro igualmente atroz”, afirmó Simon. “A pesar de muchas promesas, las autoridades en Pakistán y México no han evidenciado progresos para resolver estos crímenes y su fracaso perpetúa este clima de violencia.”

El registro total es consistente con el de 2010, cuando 44 periodistas cayeron en represalia por su labor. De las 35 muertes que el CPJ aún no ha confirmado como relacionadas con el trabajo, 20 corresponden a América Latina, donde la red de delincuencia y corrupción oficial, junto con la falta de cumplimiento efectivo de las leyes, hace sumamente difícil la determinación precisa de un móvil.

Casos confirmados e não confirmados

Más del 80 por ciento de los caídos son periodistas locales. Los fotógrafos y camarógrafos sufrieron graves pérdidas y constituyen cerca del 40 por ciento del total del registro, aproximadamente el doble en proporción desde que el CPJ comenzó a documentar este tipo de casos en 1992. Ocho periodistas que trabajaban en Internet cayeron este año, incluyendo un asesinato en México que fue el primer caso en el mundo vinculado directamente al periodismo en redes sociales. El número de periodistas independientes que cayeron mientras trabajaban también ha aumentado en forma progresiva en los últimos años, constituyendo casi un tercio del registro en 2011. Cinco trabajadores de medios también cayeron este año.

El CPJ comenzó a recopilar registros detallados de todas las muertes de periodistas en 1992. El personal del CPJ indaga independientemente y verifica las circunstancias detrás de cada asesinato. El CPJ considera un caso relacionado con el trabajo sólo cuando su plantel tiene certeza razonable que un periodista cayó en represalia directa por su trabajo; en fuego cruzado, o cumpliendo una tarea de riesgo. Si el motivo aún no es claro, pero existe la posibilidad de que un periodista haya caído en relación directa con su trabajo, el CPJ clasifica el caso como “no confirmado” y continúa investigando.

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[O CPJ é uma organização independente sem fins lucrativos, sediada en Nova York, e dedica-se a defender a liberdade de imprensa em todo o mundo]